UNIDAD 8: La industria


El Polo Químico de Huelva, cuatro puntos de vista

Introducción (para todos los grupos)
La Provincia de Huelva, en su zona de la Cuenca Minera, ha sido desde siempre un importante foco minero al que se le sumó su natural salida al mar mediante la Ría de Huelva. Por ello desde la prehistoria el tránsito entre ambas zonas, generalmente a través del Río Tinto fue frecuente. Ya en el siglo XIX diferentes empresas mineras, como la Rio Tinto Company Limited o The Tharsis Sulphur and Copper Company Limited, promovieron una primera industrialización en la zona pero no sería hasta el siglo XX cuando fructificaron las propuestas de desarrollar esos terrenos.
La ciudad de Huelva y las balsas de fosfoyesos

Aunque la primera intención para instalar un importante complejo industrial en la zona surgió en 1870 a cargo de José Monasterio Correa,1​ no fue hasta el año 1964 cuando el Gobierno de Franco -durante la alcaldía en la capital de Federico Molina- aprobó (por Decreto de 30 de junio de 1964) la construcción de un Polo de Promoción Industrial que cambiaría la geografía, la población y la política de la zona en muchos aspectos. Su instalación en la zona se debió (entre otros aspectos) al alto grado de subdesarrollo y desempleo existente entonces en la zona, y a la necesidad de aprovechar la ingente y cercana producción minera posibilitando que ésta se trabajara y quedara en el país.

Las diferentes instalaciones industriales han terminado abarcando diferentes espacios en la zona:
  • La Punta del Sebo, desembocadura natural del Tinto y la margen derecha de este río. Para unir ambas márgenes del río se construyó un puente para tráfico rodado y vía férrea que en su tiempo fue el de mayor anchura de España.
  • Palos de la Frontera, desde la desembocadura del Tinto hasta el Puerto Exterior. Donde se instaló el grueso de empresas.
  • Antigua carretera de Sevilla, en la localidad de San Juan del Puerto. En la que se instalaron empresas relacionadas con la manufactura de celulosa.


Los empresarios

La Asociación de Industrias Químicas, Básicas y Energéticas de Huelva se configura como un lugar de encuentro entre las empresas que la integran, bien para el intercambio de conocimientos y de experiencias industriales, o para el desarrollo de actividades comunes y de acercamiento e integración en la sociedad en la que está asentada.

Trabaja con dos grandes objetivos. Por un lado, conectar entre sí a las empresas asociadas y establecer relaciones con las administraciones y la sociedad. Y por otro, promover la mejora continua en la operativa de su día a día, tanto en los aspectos medioambientales, como en el mantenimiento y eficiencia energética de cada una de las plantas, sin olvidar todos los aspectos relacionados con la prevención de riesgos laborales y salud, recursos humanos y comunicación, entre otros.

El valor de la producción de los doce grupos industriales asociados a la Aiqbe alcanzó los 12.136 millones de euros en 2013. En conjunto acometieron una inversión de 122 millones para sus respectivas plantas.

Las plantas de producción adscritas a la Asociación de Industrias, Químicas, Básicas y Energéticas de Huelva representan a numerosas actividades, que abarcan desde la generación eléctrica hasta la fabricación de productos orgánicos básicos (fenol, cumeno, acetona), inorgánicos (fertilizantes, materias primas para detergentes, cloro y derivados, gases minerales...) y la metalurgia del cobre.

El valor de la producción de las industrias asociadas a la Asociación de Industrias Químicas, Básicas y Energéticas de Huelva (Aiqbe) volvió a crecer en 2013 por quinto año consecutivo tras situarse en 12.136 millones de euros, un 7,1% más con respecto al ejercicio anterior. Además, el empleo se incrementó en un 4,1% y las inversiones se situaron en 122,7 millones de euros.


El presidente de la Aiqbe, Rafael Martínez-Cañavate ha destacado, durante la presentación del 'Informe de Sostenibilidad 2013', que esta subida, unida al incremento de las exportaciones, refleja la apuesta que han realizado estas empresas por superar la actual situación económica mundial, que les afectó especialmente en 2009, consiguiendo al mismo tiempo un repunte en el empleo, mejorar los parámetros de impacto ambiental y reforzar su implicación social.
En todo caso, el primero de estos sectores sigue siendo el protagonista absoluto con un 67,9% de la producción total del enclave onubense. En 2013, además, creció un 17% gracias, principalmente, a la ampliación de la capacidad de las instalaciones de Cepsa La Rábida.
Con respecto a las inversiones acometidas por los socios de la Aiqbe se destinaron a mejorar la seguridad laboral y reducir el impacto ambiental, así como a la mejora de las instalaciones "para seguir aumentando la eficiencia, productividad y competitividad".
Esta asociación está compuesta en la actualidad por doce empresas: Algry Química, Air Liquide, Atlantic Copper, Cepsa Refinería La Rábida, Cepsa Química, Enagás, Ence, Endesa Generación, Ercros, Fertiberia, Gas Natural Fenosa y Repsol YPF.
Entre todas, suman 13 plantas de producción ubicadas en los términos municipales de Huelva y de Palos de la Frontera.

Noticia de Expansion.com

En la actualidad el polo aporta al desarrollo de la provincia cifras que representan el 10% del valor añadido bruto y algo más de 15.000 puestos de trabajo aunque la crisis surgida desde 2008 amenaza con una significativa disminución de oferta. En la actualidad, el polo, de más de 1.500 ha (la mitad en los terrenos de la capital), es uno de los complejos industriales más importantes del país estando instaladas en la actualidad 16 empresas (agrupadas bajo el nombre de AIQB) con una plantilla de más de 6.000 trabajadores. Las empresas son: Air Liquide, Algry, Aragonesas, Atlantic Copper, Cepsa, Enagás, Endesa, Ence, Cepsa Química, Fertiberia, FMC Foret, Repsol YPF, Unión Fenosa, Huntsman Tioxide.

Las empresas del polo químico de Huelva facturan menos e invierten más
Noticia de elEconomista.es

Los ecologistas

Las Balsas de Fosfoyesos son un cementerio radiactivo.Tras las mediciones de radiactividad realizadas la semana pasada por Greenpeace en las balsas de fosfoyesos, demostrando que se superaban los niveles máximos permitidos por las directivas comunitarias y las críticas interesadas vertidas desde la delegación de medio ambiente y empresas contaminadoras, queremos hacer pública nuestro más absoluto apoyo a las denuncias realizadas por esta organización y a la importancia de poner en conocimiento de la ciudadanía y autoridades europeas datos que desde administración y AIQB se tergiversan sistemáticamente, con clara intención de engaño contra la salud y la seguridad de la población onubense.
Los elevados niveles de radiactividad procedentes del óxido de uranio contenido en la roca fosfórica que se emplea en el proceso industrial de elaboración de fertilizantes, son una vía más de contaminación producida por estos residuos, que también incorporan gran cantidad de arsénico y metales pesados, así como elevadas concentraciones de ácidez en sus aguas de transporte y embalsado. Los elementos radiactivos que llegan a las balsas afectan a la población de Huelva debido fundamentalmente a la dispersión de partículas por la acción del viento, en forma de neblinas blancas, la disolución de sales que los contienen y que terminan en la ría del Tinto y pueden incorporarse a la cadena trófica(tal es el caso del sulfato de radio, que sigue en los organismos vivos el mismo camino que el calcio) y la propagación de gas radón y su posibilidad de acumulación en zonas bajas. Los radionucleidos dentro del organismo tienen acción mutagénica y cancerígena y sus efectos en pequeñas dosis, sostenidas en el tiempo, son un factor más de riesgo de enfermedades graves.
Noticia de ecologistas en accion.org


Los habitantes de Huelva

La mesa de la Ría  nace como institución a finales de 2002, y como resultado del fracaso de la mesa para la recuperación de la avenida Francisco Montenegro. Esta avenida es donde se encuentran situadas la mayoría de las empresas contaminantes del polo. La mesa fue un acto firmado por políticos, grupos empresariales y ecologistas en 1991 para que no se instalaran más empresas en la zona, pero fracasó con el intento y posterior creación de la nueva planta de ciclo combinado de Endesa. Esta planta en un principio tuvo muchas trabas para construirse, ya que no encontraba sitio dentro del PGOU de la ciudad. Pero finalmente, y tras varios pleitos con el Ayuntamiento que acabaron en varias ocasiones en los tribunales, fue construida. Por todo ello surge esta plataforma ciudadana, que se desvincula totalmente de la política desde sus inicios y que engloba a organizaciones de todos los sectores de la sociedad, desde colegios oficiales como el de arquitectos o economistas, asociaciones de vecinos, empresas de la comunicación como Odiel Radio, partidos como Izquierda Unida o Partido Andalucista, etcétera.

Balsas de fosfoyesos
Esta organización lleva a cabo actos con el objetivo de concienciar a la población de la necesidad de recuperar la ría, algunos tan destacables como una enorme manifestación que congregó a más de 12.000 ciudadanos en 2003. También entregas de firmas en el propio Ayuntamiento de Huelva para convocar un referéndum, o en el Congreso de los Diputados para que se ordenara el inmediato cese de los vertidos de fosfoyesos llevados a cabo por la empresa Fertiberia, finalmente paralizados en el año 2010. Pretenden en definitiva que se mantengan las industrias que hay en la actualidad y se mejoren los niveles de seguridad y se reduzca el impacto sobre la ciudad y el entorno, pero que conforme vayan acabando su ciclo se vayan marchando, sin que se instalen otras nuevas, para así en un medio o largo plazo poder recuperar definitivamente la avenida Francisco Montenegro y acabar así con la contaminación que estas fábricas producen.

En marzo de 2012, bajo el nombre de Mesa de la Ría, se presentaba una agrupación que concurriría a las elecciones municipales.

Artículo de El País
"Aquí cae gente cada mes. Es como una epidemia". Lo dice Joaquín Gómez, vecino del barrio de Pérez Cubillas, en Huelva. Y se refiere al cáncer. "No conozco familia en la barriada que no tenga un caso de tumor o de cáncer de algún tipo. Está el barrio lleno". Su mujer, Manoli, señala con la cabeza: "Mira, en ese portal, la madre tiene cáncer. En aquel, dos hijos. En este, otro caso más…".
Hablan Manoli y Joaquín en una calle de casas bajas, fachadas desgastadas y ropa tendida en la calle. Pérez Cubillas es uno de los barrios más humildes de Huelva. Sus casitas amarillas se levantan a solo 300 metros de unas enormes balsas de 1.200 hectáreas que contienen fosfoyeso vertido durante años por la empresa Fertiberia, una de las que componen el llamado polo químico, un polígono de industrias químicas pegado a la ciudad. "Eso —dice Joaquín señalando con la barbilla—, eso es lo que nos provoca el cáncer".
Joaquín, habitante del barrio Pérez Cubillas
El propio Joaquín padeció hace año cáncer de mama. Durante años trabajó en una de las fábricas limpiando cubetas de vertidos. "Que nos digan lo que quieran los políticos, pero lo que ocurre aquí con el cáncer no es ni medio normal. ¿Dónde se vio un barrio en el que todas las familias tengan algún caso?".
El Atlas municipal de mortalidad por cáncer en España, realizado por el Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III, señala que Huelva es uno de los municipios con más casos de tumores malignos de España. Pero no es el líder, como ha llegado a percibirse. Tampoco existe, a día de hoy, ningún estudio o evidencia científica que vincule de forma directa la contaminación del polo químico con los casos de cáncer en la ciudad.

Se ha denunciado las graves enfermedades asociadas y el importante retroceso ecológico en la zona. La provincia de Huelva se encuentra en el espacio conocido como “triángulo de la muerte” o “zona cero”. Este espacio lo componen las provincias de Cádiz, Huelva y Sevilla.

Entre los propios habitantes de la zona se crea una gran disyuntiva: son muchos los puestos de trabajo que estas instalaciones ofrecen a los ciudadanos (el 6,74% del trabajo provincial) pero también son muchas las enfermedades que se corre el riesgo de padecer. Las opiniones se dividen así entre los que definen al Polo Químico como motor económico de la ciudad y los que lo definen como motor de enfermedades. Para equilibrar esta dicotomía y vigilar que se cumpla la legislación vigente, se creó la organización Mesa de la Ría.

Los técnicos
Hasta hace pocos años, escasos estudios se conocían sobre la contaminación de estas instalaciones químicas debido al hermetismo que hacían sobre este tema tanto las propias empresas, como el Ayuntamiento de Huelva o la Junta de Andalucía. Ahora, el Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III, Greenpeace o la Universidad Pompeu Fabra gracias a sus estudios han conseguido saltar las alarmas a nivel sanitario al denunciar que el índice de cáncer en esta provincia es el más elevado de España. Estos estudios coinciden en que el riesgo de padecer cáncer en esta provincia es un 50% mayor que en el resto de España. La propia ex-ministra de medio ambiente, Cristina Narbona afirmó: “Cada año tenemos en España 16.000 muertes prematuras sólo por la contaminación atmosférica”.

A consecuencia de las actividades de Fertiberia, y en menor medida de FMC Foret, otras 1.200 ha son ocupadas de manera indirecta por el Polo Químico. Son las balsas de fosfoyesos, que están situadas a unos 300 metros de la barriada de Pérez Cubillas de Huelva, a un kilómetro del centro urbano de la capital. Las balsas de fosfoyesos del Polo Químico de Huelva están formadas por 100 millones de toneladas de esta materia, a la que también se le suman compuestos radioactivos como uranio 235 y 238, radón 222, polonio 210, radio 226 y plomo 210. Además, las balsas abarcan 1.200 hectáreas y constituyen uno de los vertederos de residuos industriales más extensos del mundo y pese a que la Audiencia Nacional y Tribunal Supremo resolvieron su limpieza hace más de tres años, sigue ahí.

Los fosfoyesos son el residuo de la producción de fertilizantes agrícolas químicos en las plantas de Fertiberia y FMC Foret, que deshacen roca fosfórica importada de Marruecos, Togo o Senegal con ácido sulfúrico. Todos los elementos contaminantes, incluido el uranio, han estado fluyendo libremente al agua de la ría desde 1967 hasta 1994, siendo asimilados por los seres vivos. Un estudio del CSIC indican que en Huelva hay un exceso de mortalidad por cáncer del orden del 10% para los hombres y del 6% para las mujeres, en comparación con la media andaluza. Además, en esta ciudad se producen un 40% más de casos de cáncer de estómago en mujeres. Otros excesos de mortalidad en mujeres son de cáncer de riñón (27%); de tráquea, bronquios y pulmón (16%), y de colon (20%). Por su parte, los hombres sufren un exceso de cáncer de riñón (27%); de hígado (19%); de tráquea, bronquios y pulmón (11%); de vejiga (2%); de estómago (18%), y de próstata (14%).
Greenpeace establece que el índice de cáncer en Huelva es el más elevado de España6​ y recientemente denunció que las balsas de fosfoyesos emiten radiación 27 veces por encima de lo permitido.

Esta plataforma hace patente su preocupación por los efectos negativos del Polo Químico, tanto en el medio ambiente, como en la salud de los onubenses. Dicha plataforma ha realizado reivindicaciones tanto al ayuntamiento como a diferentes instituciones públicas; con visitas a la zona de europarlamentarios incluidas. Así, la Audiencia Nacional estableció el final de los vertidos por parte de Fertiberia en 2010.

En el año 2006, el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) accedió a medidas cautelares para que Endesa pudiera montar una central en el polo, aludiendo a intereses económicos. Dos años después,  se prorrogó la actividad de Fertiberia. No fue hasta 2010 cuando una sentencia de la Audiencia Nacional obligó a esta empresa a frenar los vertidos de fosfoyesos a las balsas situadas en la marisma. Casi 20 años después del acuerdo de desmantelar el polo químico.

Hoy, los vertidos están frenados, pero la actividad industrial y la presencia de fosfoyesos acumulado siguen presentes. Y son dos problemas pendientes de resolver que alimentan el debate sobre la salud de Huelva y sus habitantes.

Según un informe realizado por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), no existe riesgo radiológico en las balsas de fosfoyeso de Huelva. José Luis Gurucelain, jefe de servicio de Salud Pública de la Delegación de Salud de Huelva, afirma que la mortalidad en Huelva "ha sido más elevada que la media de España desde principios de siglo XX debido, sobre todo, a factores socioeconómicos. Ha mejorado mucho, pero esa mejora está siendo más lenta que en otros lugares, sobre todo en barrios y zonas más castigadas económicamente. Aquí no se muere más que en otros sitios ni hay más tumores. Eso es una imagen que hay que romper".

Un mensaje que molesta a vecinos como los del mencionado barrio de Pérez Cubillas, convencidos de que su cercanía a los vertidos de fosfoyeso está mermando su salud. De momento, no existe evidencia de que los metales pesados de las balsas provoquen cáncer u otras enfermedades a los vecinos. El problema es que tampoco existe evidencia de que no lo hagan. De hecho, la evaluación del impacto del fosfoyeso acumulado en Huelva sobre la salud está aún en marcha. La está llevando a cabo el Ministerio de Medio Ambiente y todavía no hay resultados definitivos. El propio portavoz del grupo municipal del PSOE de Huelva y concejal de Urbanismo, Manuel Gómez, afirma: "No podemos decir ni que esto sea inocuo ni que afecte. No tenemos pruebas de ninguna de las dos cosas, pero sí decimos que no se puede alarmar a la población".

Si nos remitimos a los medidores de aire de la Junta de Andalucía, los resultados cambian, ya que el aire de Huelva aparece con calidad aceptable, en la media de España. Sin embargo, en el apartado destinado a medir las partículas químicas en suspensión no aparecen datos. Está en blanco. "Esto se debe a que la Junta no ha querido comprar el medidor para este fin, ya que alegan que es demasiado caro. Por tanto, en Huelva no nos dicen cuánto arsénico estamos respirando", explica Juan Manuel Buendía, miembro de la Mesa de la Ría. De nuevo responde Romero, gerente de la AIQBE: "Eso no es cierto. El problema es que no se ha inventado aún el medidor en continuo de partículas y por eso no se puede dar un valor en continuo desde cabina, pero eso no significa que no se controle".

José Luis Gurucelain, de la Delegación de Salud de Huelva, remata el debate: "Nadie pone en duda que hay polución en el aire de Huelva, pero no más que en otras ciudades y no toda proveniente del polo químico. La contaminación en la ciudad proviene a partes iguales de la industria, del tráfico y la ubicación de la ciudad sobre la que a veces se cierne polvo sahariano".

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