UNIDAD 7: Materias primas y fuentes de energía

El petroleo de La Lora

¿En España hay petróleo? Si, en Burgos. Una pequeña explotación que aún funciona.
El 6 de junio de 1964 brotó por primera vez el petróleo en el Páramo de la Lora. Después de años de prospecciones en el norte de la península, la esperanza de un gran hallazgo arraigó en una España que dejaba atrás las secuelas de la Guerra Civil e iniciaba el camino del desarrollo económico.
Desde comienzos del siglo XX la provincia de Burgos fue testigo de numerosos intentos de encontrar petróleo en su subsuelo. Por sus características geológicas era sin duda una firme candidata al éxito, como atestigua el hecho de que el 90% de las prospecciones realizadas en Castilla León se realizaran en la provincia.
Fruto de estos esfuerzos sería el descubrimiento de petróleo en la Lora, primero y único en tierra de la península Ibérica, el cual permanece actualmente en funcionamiento .
Han pasado ya 50 años desde aquel primer éxito y aunque el futuro no trajo la riqueza que muchos esperaban, la historia de la búsqueda (y hallazgo) del petróleo en Burgos es sin duda una historia singular que merece la pena recordar.

   
Top 5 países en energías renovables


En la Conferencia Europea de Berlín que tuvo lugar en 2004, la UE se propuso una meta ambiciosa: que en 2020 se llegara a un 20% de uso de energías renovables en el consumo total de energía. En 2012, la media fue de un 14% por lo que aún hay que continuar motivando este tipo de energías limpias (eólica, solar...) en detrimento de los combustibles fósiles (carbón, petróleo...).
¿Es viable conseguir la energía sólo de renovables? Un informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente, (Europe's onshore and offshore wind energy potential - Potencial de la energía eólica terrestre y marina en Europa) confirma que sólo la energía eólica podría generar suficiente energía para abastecer Europa sin problemas, siendo su potencial para 2020, 3 veces superior a la demanda prevista, ascendiendo ese factor a 7 veces para 2030.
La reducción de gases de efecto invernadero y el abandono de la dependencia del uso del petróleo es por tanto una realidad al alcance.

¿Cuáles son los países a la cabeza actualmente en el uso de renovables?

Puedes visitar esta página para obtener la respuesta.


La huella de carbono de objetos cotidianos


¿Sabías que elaborar un queso curado de 1 kg genera 12 kg de CO2? Impensable, ¿verdad? Todos los objetos y muchas de nuestras acciones cotidianas generan más CO2 del que habíamos imaginado, y es por ello que tenemos que empezar a pensar más allá de las meras apariencias para preguntarnos de dónde vienen y cómo llegan a nosotros esos objetos, o qué repercusión tienen nuestros actos diarios.

Elaborar un queso curado 1 kg genera 12 kg de CO2
Curiosamente, 1kg de queso curado, aparentemente ‘inocente’ en cuanto a huella de carbono se refiere, genera tal cantidad de CO2 debido sobre todo a que proviene de la leche de vaca, y recordemos que la ganadería es uno de los emisores de GEI (Gases de Efecto Invernadero) más importantes en la actualidad, ya que el  gas metano que también emite en grandes cantidades, es 23 veces más potente que el CO2. En total, 1 kg de queso genera el mismo CO2 que un coche en marcha durante 6 km, o lo mismo que producir 12 kg de zanahorias. ¿Soluciones? Optar por un queso más suave elaborado con menos leche, y comprar siempre lo que vayamos a consumir, sin excesos.

En el caso de otro objeto totalmente cotidiano, como es el teléfono móvil, un uso de apenas dos minutos diarios produce 47 kg de CO2 al año, y una hora diaria puede llegar a la escandalosa cifra de 1250 kg al año. Si tenemos en cuenta que en 2012 había 6.000 millones de teléfonos móviles en todo el mundo, y que para este 2013 se prevén casi los 7.000 millones, se hace patente la necesidad de reducir en la medida en que podamos su uso. Como curiosidad, genera menos CO2 la mensajería instantánea que una llamada telefónica.

Teniendo en cuenta que prácticamente todo lo que usamos, comemos y hacemos a lo largo del día produce CO2 con el consiguiente efecto sobre la atmósfera y el planeta, la primera y más urgente solución sin duda es reducir el consumo. En algunos casos, como el del queso, puedes optar por la solución propuesta anteriormente, u optar por queso de animales que generen menos GEI (como puede ser la cabrá, por ejemplo), pero siempre se cumple la máxima de cuanto más consumamos, más recursos del planeta gastamos, más movimiento en producción y distribución generamos, con el consiguiente aumento de los datos de emisiones de CO2. Ahorro, ahorro y ahorro, y pensar dos veces en las alternativas a todo aquello que compramos y a los actos a los que estamos acostumbrados. Esa es de momento la clave que tenemos más al alcance de la mano, y la pauta más sencilla a seguir para limitar la huella de carbono que dejamos en el planeta.

En Sostenibilidad para todos te informan periódicamente de aquellos actos cotidianos y de objetos que nos rodean y cómo éstos participan en mayor o menor medida de la huella de carbono que dejamos en el planeta, para que podamos poner juntos en marcha ese cambio de actitud y de conciencia que ayude a construir entre todos un  mundo más sostenible.


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